viernes, 10 de abril de 2020

MAL MOMENTO - Cuento corto.


Este cuento es el inicio de una serie de relatos que abordan las diferentes dificultades de personas comunes que viven trabajando al día en un escenario de recesión económica luego del mega endeudamiento y fuga de capitales de uno de los peores gobiernos de la historia Argentina, ahora en medio de la cuarentena en la ciudad de Buenos Aires, intentando sobrevivir con escasos recursos, y lidiando con situaciones sumamente absurdas resultado de la desinformación, el prejuicio y los desordenes de conducta mas aberrantes que transita una sociedad bombardeada química y psicologicamente, camino a un nuevo orden mundial. 

“MAL MOMENTO”
- Cuento corto realista sobre experiencias distopicas en escenarios de pánico e histeria a días de instalada la cuarentena -




Ayer pensaba que era un mal momento para atragantarse tomando agua y ponerse a toser a lo bobo. Me sucedió alguna ves, y es de lo mas ridículo.

El pánico y la histeria ya se había instalado hacia una semana y hacia dos días que habían decretado el aislamiento social preventivo obligatorio. 

Hoy a la tarde comiendo una galletita de agua de esas que se parten en mil pedazos en la boca y que a veces, uno de esos pedazos se queda pegado en la garganta, me puse a toser, porque una miga dura de la corteza de la misma hizo exactamente eso. 
Entonces comencé a toser fuerte. 

Estaba trasplantando unos jacarandaes chiquitos que crecieron de la nada y sobreviven al ataque voraz de las hormigas. 

Entre en pánico y fue peor, me puse rojo, lagrimeaba y me inundo la desesperación. 

Minutos antes charlaba con la vecina de al lado, una señora de 80 años aproximadamente, que siempre tiene esa mirada tan rara de la gente grande de otras épocas que nunca te entendieron muy bien realmente y no saben que tipo de espécimen sos. 

Ella regaba las plantas de su balcón, y yo les aplicaba insecticida de ajo a las mías. 

 - Hola ¿como le va? - Le dije. 

Su balcón es lindero a mi terraza, y estamos prácticamente pegados. 
Así que me acerque y empezamos a charlar. 
Le conté con qué y para qué rociaba las plantas y que tenia una plaga en una menta, en unos jacarandaes que sobrevivieron al ataque de las hormigas y en unos morrones, que ya se curaron y también sobrevivieron al ataque de las hormigas voraces. Trip me dijeron que se llama esta plaga al parecer. 
Ella me contó que las hormigas también le habían pelado un malvon, pero que hacia rato que no venían mas, y yo le comente que era porque estaba aplicando el insecticida de ajo en el camino que siguen y que ademas les había dejado cascaras de naranjas y de limón hongueado para que abandonaran el nido y se buscaran otro donde mis plantas, nuestras plantas en definitiva, no sufrieran ante sus necesidades alimenticias.  

Se fue, y yo seguí con lo mio, y fue ahí cuando una de esas migas de la galletita, de golpe y sin aviso, se me atoro en el gañote y me causo una picazón fuerte, me lloraban los ojos y tosía sonoramente. 

No me molestaría que llegara una flotilla de médicos con escafandras a tomarme la temperatura o hacerme algún test, en el mejor de los casos solo perdería 5 horas hasta dar negativo, en el peor de los casos me enteraría que tengo un virus que tratar y combatir con urgencia, pero la idea de la invasión física y la perdida de derechos me preocupaba, sobre todo porque sabia que la causa era una galletita, y porque no se hasta que punto podría tolerar un maltrato, o la prepotencia. 

- Señor ¿usted comió una galletita? - 

- Si y también sufro de algunas alergias... – (cara de boludo) 

No apareció ninguna ambulancia mientras miraba con cierta paranoia la cantidad de posibilidades de que me denuncien desde ventanales vecinales alrededor de mi techo. 
Habia tosido fuerte unas cuatro o cinco veces. 
Mierda pensé... en verdad es mal momento para que por nervios se manifieste alguna alergia de las que tengo controladas... 
Bueno, era mal momento para todo eso, y para tener una resfrío también, la gente esta algo rara con esto del SARS. Por suerte el nivel de histeria y pánico no era elevado en mis alrededores.



Hoy se me acabo el agua potable, algo que tenia estipulado que pasaría. 
El tanque de agua del lugar en el que vivo estuvo abandonado por mucho tiempo, y si bien hace poco menos de un año hice unos análisis del agua con reactivos para ver las cantidades de cloro que tenia y el resultado fue cero, no me atrevo a tomar esa agua, mas que nada por los caños viejos que a veces vienen con oxido y vaya uno a saber con cuantas cosas mas. 
Así que acostumbro ir una vez por semana a una canilla que esta a 15 cuadras de mi casa a buscar agua filtrada que transporto en damajuanas y botellas diversas. 
Que privilegio, dirían en algunos lugares, el señorito consigue agua filtrada. La verdad es que podría hacerme un filtro casero pero ademas, y acá esta el punto importante, el otro problema es que la presión del agua, sobre todo en verano que es época de que el barrio llene sus piletas y tengo varias caserones con pileta en la manzana, no es la suficiente para que el tanque se cargue completamente. Este verano tuve que juntar agua en bidones. No era tan privilegiado al final de cuentas, aunque en algunos lugares puedan seguir pensando que si. 

Prepare la mochila con todo tipo de botellas y damajuanas, y estaba nervioso, no quería salir. A todo esto, un amigo me avisaba por wsp que tenia a la policía en la puerta de su casa y en la esquina, y que la policía estaba particularmente empeñada en que los vecinos que se ven desde hace meses todos los días, dejen de hacerlo. Vaya uno a saber en que magias locas crean, porque a mi me parece ridículo desde cualquier punto de vista, pero para ellos pareciera que su nueva función es lograr que gente que hasta ayer estaban compartiendo sus salivas en botellas de birras y teniendo cercanías poco recomendables por especialistas del mundo, hoy no lo hagan más, porque nos ponen en peligro a todos. Bueno, permitanme con el mayor de los respetos dudar de la eficacia del método señores y la lógica sobre la que se sostiene.

Claro que la cuarentena la respetan, quiero aclararlo en defensa de mis amigos, pero siguen encontrándose como todos los días en la misma casa, y yo considero que no habría razón para dejar de hacerlo, como no hay razón para aislarse en cuartos dentro de sus casas con sus familiares y convivientes, sobre todo si no tienen síntomas pero inclusive teniendo en cuenta que en ausencia de síntomas pudieran estar contagiados, cuestión que se complica ante la ausencia de un test que en 5 horas les avise que dan negativo, o en su versión mas moderna en 15 min por el si o por el no, cuestiones completamente secundarias, porque si uno usa minimamente la capacidad de observación y discernimiento, no tienen muchas razones para evitarse, repito, después de estar compartiendo salivas desde hace tanto tiempo y de forma cotidiana, porque si lo tiene uno, lo tienen todos y probablemente desde hace semanas y para qué segregarse a esta altura y ante esa evidencia. ¿No les parece? 
Quizás lo dije muy complicado, a ver la versión fácil seria algo así: "si ayer le chupabas la boca a una persona, porque hoy te aísles de esa persona, no vas a evitar el contagio que ya sucedió", aislarte te tenes que aislar de personas con las que NO TUVISTE CONTACTO PREVIO.

Pero… cosas raras del gorra virus que parece que es muy contagioso también, como la ignorancia o la incapacidad de un pensamiento critico coherente, cosa que venimos viendo como se incrementa de tantas maneras desde hace mas de una década y parece haber llegado a su máxima expresión en este escenario. 
Es ahora la policía la que despliega la represión física y sexual con ayuda de los medios de desinformación, ya en forma punitiva y carcelaria, ademas del despliegue de acoso moral al que nos tienen acostumbrados las religiones y algunos movimientos que se convencen de ser "revolucionarios" aunque para lo único que sirven es para profundizar los conflictos. 
Lo han logrado. Aceptamos el absurdo porque nos amenazan con denunciarnos de cosas imaginarias, bajo argumentos tirados de los pelos. 
¿Les recuerda a algo que haya estado pasando últimamente? A mi si. 

De todas maneras, yo estoy de acuerdo con el aislamiento social preventivo obligatorio y hace casi una semana no me veo con nadie, pero la estupidez me molesta, no puedo evitarlo. 
Ya antes venia con una cuarentena suave viéndome con la gente que me veía cotidianamente, intercambiando salivas por supuesto y manteniendo distancias poco recomendables según los expertos del mundo en infectologia. Y me siento algo idiota por cortar el contacto los últimos días, pero trato de hacer lo que se pide, que tampoco me cuesta tanto. 

Hasta hoy, claro, que me quede sin agua y se me había amontonado la ropa sucia, porque también lavo ropa en el mismo lugar donde saco el agua filtrada. 

Así que acomode de apoco todo en una gran mochila, y de los nervios se me cayo y se rompió una botella, tuve que sacar los pedazos de vidrios rotos, y volver a guardar todo. Me odie un poco al darme cuenta mi estado emocional.

Me pare en la puerta de casa un buen rato. Mientras agarraba el barbijo y no sabia si ponérmelo. Mi pensamiento es el siguiente: Si en un colectivo se sube alguien infectado y deja el virus, supongamos, en el marco de una ventana al escupir, o en el apoya mano al estornudar o decir enfáticamente alguna palabra, el viento entrando por las ventanas y puertas, podría hacer llegar el virus hasta mi. 

Estaba nervioso y dudaba, no quería que en el barrio piensen que yo estaba infectado, no quisiera vivir mas segregación de la que estoy acostumbrado. 
Me cruce a la parada que esta justo enfrente de mi casa, y el colectivo apareció mágicamente doblando para agarrar la avenida a tres cuadras de distancia de donde yo me encontraba. 
Al subir salude como siempre y me reí por dentro porque el chofer iba envuelto en plásticos prácticamente, algo rudimentario pero… 3er mundo. 
Hablaba con una mujer que parecía conocerlo y dos paradas mas adelante se subió otra que parecía una enfermera que venia de una clínica por el color de la ropa y por la parada en la que subió que queda a dos cuadras de una clínica, justamente. 
Empezaron a charlar fuerte. Unas paradas mas adelante se subía un pibe, que se vino hasta atrás a unos asientos de distancia de mi, yo hablaba por wsp con un amigo y le mostraba el desierto que se volvió el barrio por las ventanillas del bondi. Algo me llamo la atención del pibe y me di vuelta, para ver que sacaba de su billetera varias cosas. Volví a lo mio y ahí fue que un olor me perturbo la frente. Alergia. Mi peor miedo se hacia presente, no quería estornudar. Pensé que quizás era el olor a lavandina, o tal vez algo que tuviera el pibe que acababa de subir, como odio los perfumes!, pensé, pero no sentía ninguno de su lado. Se me llenaron los ojos de lagrimas, y creí que se me soltaba el primer estornudo, pero se freno el reflejo. Faltaban pocas cuadras, y otra vez el impulso del estornudo que pude dominar bastante bien pero que parecía ser inevitable. ¿Y si es el virus y mi cuerpo se esta defendiendo? Pensé. Debería soltar el estornudo. 
Ya me bajaba así que aguante un poco mas victima de este miedo irracional. 
Agarre mis cosas y me acerque a la puerta del medio alejándome del pibe que era una de las posibilidades de mi alergia y me calme un poco, pero ahora el olor a lavandina que era mas fuerte en esa zona, me estaba molestando y me incitaba el reflejo al estornudo. 
Son los nervios me dije, calmate. 

- Parada Chofer – Dije en vos alta, mientras dudaba si tocar o no el timbre.

El tipo me mira por el espejo retrovisor, y me dice: no escuche el timbre, perdona, a ver proba tocar de nuevo.

- No, jaja, no toque, es que… por el virus. – Le respondí mientras me sonreía como un idiota.

Abrió la puerta y me baje, e instantáneamente desapareció el deseo de estornudar.
Mal momento para tener una galletita atravesada, para tener alguna alergia en un colectivo saturado de olor a lavandina o cruzarse con alguien bañado en perfume, o tener algún resfrío de cambio de clima, o sufrir algún episodio psicosomatico o de nervios. 
Mal momento también, para no tener un peso partido a la mitad, vivir en una casa donde el agua escasea, o la alacena casi vacía por que uno vive al día y apenas aguanta un par de días mas, con mucha suerte cuatro según los cálculos que había hecho.

Camine despacio, mientras miraba a la gente que, no se porqué, todos tienen la misma expresión en la cara, quizás ante las situaciones ridículas de vecinos asomados a los balcones gritándoles a los transeúntes que son asesinos y que se queden en sus casas aunque les urgiera abastecerse. Es una expresión como pidiendo perdón

“perdón por asesinarlos, solo necesitaba ir a comprar algo al supermercado”.

Y yo pienso, tranqui boludos, no se preocupen por mi, mientras miro con una leve sonrisa, ustedes ya están muertos desde hace mucho de todas formas y yo lo tengo muy claro.






Ejercicio de Liberación Maravillosa
Rodrigo Emanuel Borrul


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miércoles, 8 de abril de 2020

- Tazas de té - Cuento corto



En un ambiente de devaluación, el dinero en Argentina cada vez pierde más su valor y el poder adquisitivo de la población va disminuyendo a limites peligrosos, el nuevo presidente no puede cambiar la situación y empiezan a verse las mismas situaciones que ocurren cada vez que esto sucede ciclicamente, las chatarreros comprando a precio de regalo y la gente vendiendo las pocas cosas de valor que quedan en la casa...


“TAZAS DE TÉ”
- Relato corto en la Argentina después de Macri -



Me desperté con mas hambre que el chavo. 
La noche anterior había cenado un sanguche que oportunamente y con mucha previsión saque de la heladera de la casa en la que había estado desde la mañana. Lo habían dejado apenas mordido desde hacia unos días y muy probablemente lo tirarían. 
No iba a dejar pasar la oportunidad.
Estaba pasando unos meses durísimos, como hacia tiempo que no me sucedían.
Las ultimas cuatro semanas fueron las peores, pero ya semanas anteriores estaba comiendo una vez por día. Al principio, y no por orgullo, le había echado la culpa al calor. Aunque me daba cuenta que de todas formas no me alcanzaba para mucho mas.
Cuando me quede ya sin dinero comencé a ir a una casa donde podía cenar. De ahí el sanguche.
Las cosas no iban bien.

Dos días atrás me había decidido a vender el juego de tazas de té de la abuela, ya fallecida hacia muchos años atrás. Un juego de 6 tazas y 6 platos, que tenían la guarda del borde en oro, y diseño que calificaba de antigüedad.
Lo estaba regalando básicamente.
Era poco dinero pero lo necesitaba. Me di cuenta de ésto a medida que la gente se desesperaba preguntando y queriendo reservar, aun con los detalles de pintura saltada en una guarda a mitad de la taza, y algunas mínimas imperfecciones evidentes.
Empece a especular que el precio de venta podía ser mas alto, y averiguando me di cuenta que eran imitaciones de tazas de muchísimo mas valor. El precio que le había puesto al conjunto era el mismo, pero por unidad.
Un tesoro para al antiquista que podía venderlas a muy buen precio a señoras despistadas con toneladas de dinero y poca vista, y gente que buscara imitaciones para mantener la apariencia.

Estaba delirando en especulaciones, pero eso no me confundía la necesidad. Entre el mar de pedidos, ofertas de gente que probaba suerte, retaqueadores, personas obsesivas, delirantes, maleducados, y anticuarios, me había parecido mas educado un señor llamado Luís, del barrio de SanTelmo que tenia un local dentro de una galería.
Me pidió fotos, me dijo que le interesaban, y que: si se las podía llevar. Pensé un poco, averigüe cuanto podía salir una moto. Un amigo me dijo 250 o 300 de Mataderos a SanTelmo.
Comunique: claro, sumando el costo de envío que son 250. Me dio el ok. Así que al despertarme, con mi cena escasa en la panza aun, y una pequeña resaca, ademas del cuerpo algo dolorido porque había venido de visita una amiga y al acostarnos estuvimos como dos horas cojiendo, y hacia rato que no movía el cuerpo tanto, lo primero que hice fue lavarme los dientes, tomar un poco de agua, y envolver y empaquetar las tazas y los platos uno por uno.

Me quedaba el ultimo papelillo y me fume un tabaco armado.
Serian las 3pm. A decir verdad me desperté varias veces, a las 8, las 9, las 10 y las 11. Primero no recuerdo por qué, después fueron mimos, que continuaron y calculo que con intención de que me despertara, pero la falta de alimento y una resaca incipiente me obligo a continuar el descanso. No había tomado mas que dos cervezas pagadas por mi amiga, pero se ve que el estomago semi vacío jugo en contra. 
Ya sobre las 11 mi amiga se fue, y yo pude dormir unas horas mas de corrido.
Hacia un tiempo que había entendido que la mala alimentación me estaba quitando energías y cuidaba bastante el descanso.
Salí de casa a eso de las 5pm con idea de llegar a San Telmo a las 6pm, avisando que el muchacho de la moto llegaba 6.15pm. Claro que el muchacho era yo, viajando en colectivo. Épocas en que uno necesita hasta el ultimo peso que pueda conseguir y no delega trabajo.

Llegue a las 18.25. Local lleno y en medio de ventas, me presente, saludo mediante, Luis me dijo: ya estoy con vos.
El hambre y el estrés me tenían algo atontado.
Pero yo, que debo tener algún tipo de sistema nervioso privilegiado, manejaba todo lo bien posible mi ansiedad, mi depresión, mi falta de alimento, y mis responsabilidades: hacer llegar el paquete con los platitos y las tazas de té. Iba bien.
Mientras Luis terminaba de vender unos platos, me dedique a mirar las tazas en exposición. Mis cálculos aproximados eran buenos, 700, 800 y 1200 eran los precios de tasas muy bonitas e impecables por unidad.
Mareado con todo lo que había en mi cabeza, al preguntarme cuanto era le dije 1250.
Me dijo: ¿Como? Pero, no, si...
Pensé rápido, había cometido un error vaya uno a saber repitiendo que numero que se me había quedado en la mente. Me reí, le dije: perdón, son 800 del paquete y 250 del envío. Estoy con la mente en cualquier lado, disculpame. Y mas jajas.
Cosa rara fue que Luis me da mil en dos billetes de 500 y doscientos y me dice ahora te doy cincuenta. Me costo pensar. Y me di cuenta que estaba necesitando comer, porque tarde unos segundos en entender que aunque se había dado cuenta que me tenia que dar solo mil cincuenta, algún tipo de cansancio de su mente también quizás, lo hizo hacer todo lo contrario. Agarre la plata y no dije nada, cada peso sirve. Lo tome como propina, de hecho me convencí de que así era, y no quise preguntar, así que seguí callado. Nos dimos la mano y salí del lugar.
Me sentí algo deshonesto pero no tanto, mas bien pensé en comer en algún restoran peruano por once, camine un poco hasta la parada del colectivo y hasta allá me dirigí, evitando las tentaciones de todas las vidrieras. Al llegar, los restoranes estaban cerrados y me dije que así pagaba mi culpa. Sonsa culpa de pobre, porque lo mas probable es que haya sido algún tipo de propina generosa.

Camine otro poco, me metí a un supermercado y compre unos postres y un paquete de fideos, al llegar a casa cocine y comí medio paquete con un poco de queso rallado que tenia en la heladera, y ya con la panza llena me quede sentado en el sillón mientras se me cerraban los ojos.
Otro día para sobrevivir implacablemente en esta jungla.
Las cosas parecían que empezaban a mejorar.
Mañana voy a vender los platos a mejor precio me dije.
Con la panza llena se piensa mejor.

Ejercicio de Liberación Maravillosa 


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viernes, 28 de febrero de 2020

- Evocación a Emmett Till - Memorias necesarias y preguntas indispensables




EVOCACIÓN A EMMETT TILL”
Memorias necesarias y preguntas indispensables


Emmett Till

Estudiar la historia en profundidad es tan importante para adquirir cierto grado de comprensión sobre la realidad humana, que solo puedo pensar en que, en general, prefieren dejarse llevar por relatos mediocres y manipulatorios en forma de panfletos y propaganda, antes que por los hechos concretos, las evidencias claras, los testimonios lineales, coherentes.


Emmett Till

La lucha por los derechos de los Afroamericanos en EE.UU., tiene un apartado muy interesante que nos muestra la conducta de forma clara cuando esta está conformada por las bajas pasiones, pensamientos racistas o de segregación, nacionales o regionales, de género o de clase, envidias, odios e intolerancias. Y estas no son otra cosa que estrategias para la ruptura, la fractura, el quiebre social. La reinvención en una y mil formas del fantasma del enemigo interno, buscando el resultado de dividir a los grupos humanos para encontrarlos débiles.


Emmett Till

Un joven afroamericano de 14 años que fue a visitar a sus tíos y primos desde su ciudad natal hasta una ciudad híper racista, es acusado una tarde, de haberle silbado a una señorita blanca en una tienda, o de haberle dicho una grosería, o de abrazarla de la cintura junto a todo lo demás, porque la falsa denuncia se nutre de varias versiones siempre, a veces incluso contradictorias.
Días después, en la noche, un grupo de personas blancas irrumpen en la casa de la familia que albergaba a Emmett y lo sacan a la fuerza sin que nadie pueda hacer nada para impedirlo, lo atan a una rueda y lo golpean salvajemente y le disparan antes de arrojarlo a un río.
Las fotos de la época lo muestran en todos los diarios, completamente desfigurado.


Emmett Till el chico asesinado.

Carolyn Bryant (Donham más tarde) aquella mujer que lo había acusado en su juventud, diciendo “estaba muerta de miedo”, amparada por todo un grupo de dementes, enfermos e intolerantes, ignorantes con incapacidades cognitivas evidentemente marcadas, alejados de cualquier pensamiento crítico o racional, con la empatía anulada hasta el borde mismo de lo inhumano gracias al dogma de la época, ya 50 años después confiesa que había mentido sobre el chico. "Esa parte no es cierta", dijo Bryant. Nunca le silbó, nunca la agarro de la cintura, nunca coqueteo con ella, nunca le dijo una grosería.
Pero Emmett... sigue hundiéndose atado a una rueda algodonera en el río, desfigurado brutalmente a golpes, y con un balazo en la cabeza. Y su nombre es solo un nombre que enmarca a muchos otros, que vivieron horrores parecidos.


Carolyn confeso casi al final de su vida. Quizás por temor a Dios, o por sentir propio el dolor de aquella madre, solo ella lo sabrá. Pero ¿Cuantas serán las que nunca confiesan? 




Ejercicio de Liberación Maravillosa
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miércoles, 12 de febrero de 2020

“EL DISCURSO O LE DISCURSE” - Cuento corto sobre la discusión del lenguaje inclusivo.



Prologo
Este cuento de ficción especulativa, está inspirado en algunos errores del discurso de asunción de Alberto Fernández a la presidencia de la República Argentina, en diciembre del 2019, y analiza de forma directa la importancia de las reglas necesarias para establecer los cambios en el lenguaje, para que este sea un medio aplicable en la comunicación.
El análisis que se desprende de este escrito, nos pone frente a la necesidad de establecer cuáles son las lógicas que componen este nuevo cambio en el lenguaje.La regla de la “A” y la regla de la “E” tal como nos la presenta el autor, nos dan a entender ciertas mecánicas que se contradicen entre si y así mismo en el caso de la segunda se debería definir de forma concreta si debemos tomar por inclusiva toda palabra que termine en “E” y modificarlas con una “O” cuando nos queremos referir al género masculino.
En definitiva este cuento nos indica una contradicción que pareciera que no han notado mientras plantean establecer dicho lenguaje, en ámbitos públicos como secretarias de la mujer o en el instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (PAMI) donde quienes deberán comprender un lenguaje que carece de reglas concretas para darle un sentido claro, son nuestros ancianos mayores.

“EL DISCURSO O LE DISCURSE”

Cuento corto de ficción especulativa sobre la discusión del lenguaje inclusivo inspirado en algunos errores del discurso de asunción de Alberto Fernández a la presidencia de la República Argentina, en diciembre del 2019


En el minuto 9:03 del discurso de asunción a la presidencia, el candidato electo, dice mientras lee:
- ... estoy concient(o) de que, si actuamos de buena fe,... -
No había sido el primer error.Y lo atormentaba parecerse al hombre que había ocupado su lugar apenas unos minutos antes. Del que se reia todo un pueblo por su incapacidad de leer un texto o dar un discurso de memoria, y con el que se había abrazado apenas minutos después que le traspasara el mando, tratando de manejar el rictus de su cara para no ofrecer ninguna señal de irrespeto o destrato, pero tampoco ningún gesto demasiado amable.
Y entonces mientras leía se le escapa un: “…estoy concient(o) de que,…”
La noche anterior se había propuesto dedicarle unos minutos a practicar el discurso en lenguaje inclusivo. Había pensado que no podía dejar pasar esa oportunidad, ni la posibilidad de seguir alimentando su perfil feminista y sumar buenas críticas, al ser él quien se pusiera al hombro desde tremendo gesto, una de las propuestas progresistas del movimiento feminista: “el lenguaje inclusivo”, presentado como alternativa para saldar la deuda de la invisibilización de la mujer en el idioma español al dirigirse al público en general durante siglos: en masculino.
¿Cuán difícil podía ser?
Practicó leerlo con los cambios pertinentes según el caso, aunque le sonara raro:
- “Nosotres, tenemos la inmensa tarea…” -, probo una parte de su discurso.
Era difícil acostumbrarse, pero ¿por qué no intentarlo?Sobre todo teniendo en cuenta que él estaba encarnando la decisión política de legalizar el aborto, o al menos eso era lo que había asegurado en medio de la campaña, lo cual le había ofrecido una oportunidad única.Solo uno de los demás candidatos compartía su opinión, y era muy fácil de anular su popularidad frente a la opinión pública.
- “Nosotres, tenemos la inmensa tarea…” -.
No parecía tan difícil en principio, solo había que acostumbrarse al sonido.Pero abandono la idea después de una hora, al darse cuenta de algunas cosas que lo perturbaron mientras intentaba la traducción. Se dijo que no era momento para comunicar lo que había descubierto.
Ahora mientras leía el discurso frente a las cámaras de televisión y para todo un país, se arrepentía de aquel ejercicio.
Porque acababa de decir, de forma bastante clara: - ... estoy concient(o)… -.
CONCIENTO!!
Y fue justo en ese momento: en que su inconsciente lo traiciona en pleno discurso y no es capaz de frenar su reacción instintiva bajo presión, razón por lo que cambia la "e" por la "o", distraído por el barullo interno de su mente... que entendió que empezaba a asomarse al mundo de la conciencia, justicia poética mediante, una discusión que estaba en pugna en sus fueros internos y que tuvo su origen en un simple ejercicio de práctica.Práctica, nada más. Siempre era bueno probar algo nuevo se había dicho. Despejaba la mente, da otra perspectiva. De chico jugaba a hablar todo con una vocal y luego con otra y así seguía.
Ahora, sentía una alarma, y debía moverse con cuidado.Porque si entraba en esa tonta discusión estéril podía hacerle más daño a su mandato que la sumisión en las negociaciones con acreedores de deuda, y lo sabía bien.Había decidido eludir el tema en la noche y lo reafirmo en la mañana.
Entonces esto… Un pequeño traspié, una reacción curiosa también para el observador que llegara a pensar que era quizás sostenida desde algún lugar del subconsciente, gracias al que da cuenta por primera vez en público, de manera totalmente inconsciente, y con lo que podía parecer un simple error, que en palabras como "consciente", la "e" ya funcionaba como inclusiva: Yo hombre consciente, yo mujer consciente, nosotres, vosotres y elles, seres conscientes.
La mecánica de la mente, siguiendo la lógica base y fundamento de la propuesta de la “e”, y adelantándose microsegundos, gracias a un pequeño salto cuántico en sus procesos complejos conscientes, lo obligo casi sin opción, a cambiar la "e" por una "o", a modo de una corrección lógica que tenía origen en los pensamientos que le habían asaltado en la noche mientras practicaba el discurso en lenguaje inclusivo.
Si “consciente” termina en “e” ¿es inclusivo?, y presidente que termina en “e” ¿también seria inclusivo?
Porque al parecer esa era la regla que había que aplicar. La “e” finalizando cada palabra que se refiriera a una actividad general donde la costumbre había invisibilizado a la mujer negándole la presencia desde la simple palabra.
Las preguntas se le habían agolpado en horas de la noche y no habia querido llamar a quien había elegido de vice para analizar el asunto, pensó que lo mejor era olvidarse.
Pero no se podía sacar el tema de la mente: porque en el caso concreto de ser una mujer quien presidiera, se había determinado dentro de ciertos grupos que se decían feministas y trasladado a gran parte de la opinión pública incluida su vicepresidenta, por lógica simple, y dejando de lado cualquier discusión sobre “ente”, sustantivos o participios del verbo, infijos, etimología, filología o lingüística histórica o diacrónica (o lingüística evolutiva), otra regla: la regla de la “a”, la cual sostenía que había que referirse a la misma como: presidenta. Con A.Cuestión con la que no tenía ningún problema, porque el mismo uso había normalizado ya la palabra sirvienta, y podía y debía en este asunto, trasladarse a presidente, dando el resultado de: presidenta. No tenía objeción. Lo que no le quedaba claro es cuándo había que usar la regla de la “A” y cuándo la regla de la “E” y si acaso las palabras que ya constaban con la terminación en “e” pasaban a ser inclusivas, y qué cambios debían hacerse para referirse al masculino en tales casos. Se preguntaba si acaso a partir de ahora para referirse a un hombre se debería terminar cada palabra que indique género masculino con la "O" ¿él mismo sería un presidento?…Porque la terminación en “e” seria de uso general o dicho de otra manera, inclusiva. Cabía la pregunta ¿Seguiría sirviendo para referirse al masculino o habría que modificar todas las palabras con una terminación en “e” por una terminación en “o”? Estaba confundido. - Voy a tener que interiorizarme en esto con alguna persona idónea si tengo tiempo en algún momento... – Pensó. - Seguro alguien debe haber establecido las reglas para el uso de la “e” y la “a”, yo no tendría que estar pensando en esto. ¿Pero entonces, porque nadie se tomó el trabajo de acercar dichas reglas, de publicarlas, de difundirlas? Su mente empezaba a percibir algo completamente irregular.Había escuchado de una feminista hacia poco. - ¿Lenguaje inclusivo…? ¿Pero si están invisibilizando a la mujer nuevamente de esa manera? – El asunto no era tan simple entonces.Instantáneamente se había dado cuenta que en palabras como "estudiantes" y "docentes", la terminación era la “e”, la cual por nueva regla, era la vocal inclusiva, como por ejemplo en “chiques” o “muchaches”.Por consecuencia inmediata, ésta debía pasar a ser inclusiva en cada terminación donde fuera encontrada si es que uno aceptaba la propuesta, y esto significaba que a partir de adoptar el lenguaje inclusivo, toda palabra con terminación en “e” pasaba a referirse a todo género de la humanidad.Pero lo llamativo era que en esos casos partidulares, se estaba normalizando la misma propuesta que en presidenta, es decir: estudiantas, docentas. - Alguien debería haber escrito esa regla antes de proponerla -. Pensó de nuevo. De repente era evidente que en una palabra como "doctores", la "e" servía para definir al género masculino, al hombre. En esos casos, la "o" histórica del género masculino, no servía para definir hombre, en cambio si era la “e” quien definía el masculino, y se refería a ellos, los doctores.Y entonces… ¿Cuántos cambios deberían ocurrir en las palabras y las vocales de sus terminaciones para que la “e“, fuera inclusiva realmente? porque tenemos Los doctores, las doctoras, que fue en el pasado supongamos, y ahora sería les… ¿doctores? , si fuera así, entonces… habría que empezar a decir ¿los doctoros? para referirse al masculino.Había un error lógico. Minimamente se puede decir que había algo para solucionar. - ¿Nadie lo vio antes que yo? -, se preguntó. ¿Por qué nadie le prestó atención a estas contradicciones y las pulió o las resolvió?¿No era mejor usar la “i” para eludir estos problemas gramaticales? Se sintió estúpido al pensarlo, estaba agotado. ¿Todo esto no será una estupidez y la regla de la “e”, parte de un largo y agotador capricho de personas sumamente manipuladoras o con carencias intelectuales profundas? ¿Será posible que en todos estos años de encuentros feministas, no se dignaran a sentarse algunas horas a definir las reglas aplicables al lenguaje inclusivo? ¿Había alguna seriedad al presentar una alternativa que ni siquiera se dignaron a utilizar 24hs como para darse cuenta sus contradicciones? ¿O es que acaso tenían un lenguaje tan escueto y pobre que habían pasado por alto estas mismas contradicciones que él había encontrado en algunas horas de práctica? Esto último era simplemente imposible. ¡¡Dios mío!! ¿¿Qué tipo de personas pasarían por alto algo tan grosero?? De repente otras ideas cobraban más seriedad. ¿Acaso no sería cierto que la instalación de estas discusiones eran pruebas para medir el coeficiente de las poblaciones de las diferentes regiones de los continentes, y tener claro en que niveles se podía llegar a manipularlas mientras diseñaban de qué manera desplegar la estrategia que instale un poder único global? El hombre que pronto sería nombrado presidente de manera oficial había empezado a caer por la espiral descendente de esa trampa tan bien diseñada que las mayorías que la publicitaban no habían percibido. O eran cómplices, solo había dos opciones. Aunque le costaba entender porque razón alguien haría algo así. Y entonces lo inundo la pregunta correcta. La verdadera respuesta que debió desde un principio haber sido planteada como señal de honestidad, si acaso alguien se había tomado en serio todo el asunto de la invisibilización de la mujer en el lenguaje español. ¿Porqué no hablamos de forma general directamente con la “A” si queremos saldar años de invisibilización? Y seguía cayendo en ese pozo diseñado a la perfección y con una maestría absoluta, mientras chocaba con la respuesta: El 3er sexo, claro… o mejor dicho las disidencias sexuales. Por eso mismo la “e” parecía ser una buena propuesta, había que encontrar una forma de incluir a todo el mundo.O mejor dicho, ¡a tode le mundo!, ¿o munde? ¿o a toda la munda? El conflicto estaba diseñado para no encontrar nunca una solución, las tres salidas debían imponerse por la fuerza o la estrategia porque si se sostenía por un lado la hipótesis de la invisibilizacion, instalar cualquiera de las tres implicaba invisibilizar al resto, y él estaba por descubrirlo para su decepción.Estaba agotado y tenía que descansar. No quería seguir profundizando sobre el tema. Había alcanzado el momento de la duda razonable en cuanto a la aplicabilidad del lenguaje inclusivo y mientras intentaba conciliar el sueño no se podía sacar el tema de la cabeza, entre tantos otros temas de importancia aún mayor. Algo estaba claro: Estamos consintiendo una regla que nos plantean como inclusiva cuando nadie se puso a estudiarla realmente. Y que no hayan expresado el hallazgo de contradicciones es un indicador directo de que ni siquiera hicieron el ejercicio y si lo hicieron y no se dieron cuenta de los problemas que implicaba, bueno... no es necesario ofender de más a nadie. Se acordó del cuento del rey desnudo y sudo.

Por la mañana el germen había crecido, estaba nervioso.
- ¿Cuántas cosas más nadie pensó? - Era lo primero que había que preguntarse.
Entendió pronto que encontrar una solución que deje contento a todo el mundo no era algo fácil de lograr.
Sabía que dentro del movimiento había fricciones que resultaban en enfrentamientos cargados de mucha violencia.Esto le sugería desde hacía tiempo que la violencia era violencia y si acaso uno quería desarticularla por completo, debía procurar no prestar atención a quienes intentaban desviar la mirada de la raíz del problema, para enfocarla solo en una parte que protagonizara mayoritariamente uno de los dos géneros.Y que en los casos donde había víctimas fatales, habría que analizar la historia previa que desencadeno el suceso, teniendo en cuenta que tanto la maldad, como la violencia, como la capacidad de hacer daño eran inherente a todos los seres humanos, hombres y mujeres por igual y solo encontrando la constante que evidenciaba la raíz, podían prevenir tales crímenes.Porque el crimen era el mismo sin importar el género de la víctima. El problema jamás se resolvería si no se atendía la problemática en su origen y sin manipulaciones estadísticas, ni miradas sesgadas o con dobles intenciones, análisis por la mitad, o personajes siniestros buscando sacar provecho económico, político o social.
La incapacidad de manejar, comprender o dosificar los sentimientos y las reacciones que nacían de estos, eran el origen notorio de cada caso de violencia con víctimas fatales. ¿Soy el único pelotudo que se da cuenta? Trató de silenciar sus pensamientos al respecto, tenía que pensar en una multitud de otras cosas mucho más importantes. Diría el discurso de forma tradicional, eso ya lo sabía, aquel ejercicio solo había sido un juego y no estaba seguro de querer repetirlo o enfrentar sus hallazgos y presentarlos. Recordó una conversación muy antigua, pero no a su interlocutor:La mente es lógica y quiera o no, se rige por reglas invisibles, que son la expresión natural que provocan las evidencias que se repiten en cualquier experiencia. Y esto es importante, si se repite, es una regla. La mente absorbe la información, establece la repetición como regla y actúa en consecuencia de la misma.Si lanzamos una pelota al aire, sin importar el ángulo de lanzamiento, veremos una curva de descenso, y eso aplicara a casi todo lo que queramos lanzar, por tanto ya tenemos la regla aun sin que esta fuera nunca enunciada.Y no haría falta, nuestra mente lo sabe, y todos nuestros movimientos se llevan adelante teniendo en cuenta esta regla aprendida en nuestras experiencias e investigaciones más tempranas: desde que somos pequeños lanzamos objetos y observamos el ángulo de descenso, dicho vulgarmente, la caída.Pasaron miles de años hasta el momento que fue postulada por los científicos más sobresalientes de nuestra historia, pero cada ser humano hizo el mismo ejercicio una y otra vez mucho antes que alguien determine dicha “ley”, la cual nos ha dado un sinfín de reglas matemáticas que nos permiten entender mejor el escenario en el que vivimos.Pero la mente cierra las cuentas, sin que se lo pidamos muchas veces. Como también ordena al aparato respiratorio que funcione sin que tengamos que estar pendientes de eso mismo. - ... estoy concient(o) de que, si actuamos de buena fe,... – Su mente funcionaba bien, pero no era precisamente una ventaja en este momento. - ¡¡Carajo!! - Se dijo por dentro. Si llego a decir “presidento”, así como asumo, ¡renuncio!
Ejercicio de Liberación Maravillosa 
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